Entre rezos, parlantes y carcajadas, una mujer rememora su infancia y adultez en Santa Lucía, un pueblo correntino donde lo insólito es cotidiano. Desde la beata que confunde un revólver con fe, hasta un suizo atrapado en la lógica tropical del Litoral, estas crónicas costumbristas capturan el alma de un lugar que habla en altavoz, se ríe de sí mismo y transforma cada desliz en anécdota inolvidable.
Con una prosa chispeante, oral y entrañable, la autora convierte lo mínimo en épico. Más que memorias, este libro es una celebración de la vida de pueblo, de los personajes que la habitan y del humor como forma de resistencia. Un viaje al corazón del interior argentino, donde la risa siempre tiene la última palabra.
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