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Desde el 2 de abril hasta el 14 de junio de 1982 se vivieron momentos cargados de patriotismo en Argentina.
A casi 150 años de usurpación británica en nuestras Islas Malvinas, se produjo la recuperación el 2 de abril, lo que causó en toda la sociedad un sentimiento patrio cargado de emoción, orgullo, algarabía, sentimiento nacional y sentido de justicia. Los políticos saludaron y felicitaron a la Junta Militar por la decisión; también lo hicieron personalidades famosas tales como actores, deportistas, actrices, músicos, profesionales de la salud reconocidos; más de 200 mil ciudadanos se alistaron como voluntarios para ir a combatir a Malvinas; el pueblo salió a las calles con divisas celeste y blanca, se reunió en plazas para cantar el Himno Nacional Argentino; donaron cosas de valor y dinero al Fondo Patriótico Malvinas destinado a la Causa. En definitiva, el pueblo argentino se sintió más argentino que nunca.
Al finalizar la batalla, aquellos soldados de 18, 19 y 20 años de edad que “íbamos a reventar” a los ingleses (así se cantaba en Plaza de Mayo tal cual es el aliento típico hacia un boxeador en competencia), regresábamos con la derrota sobre nuestras espaldas con el título de “los chicos de la guerra”. Entramos por la puerta de atrás del Continente. Nadie quería hablar de Malvinas. Nos quedamos solos luchando contra el olvido e indiferencia.
Así lo hicimos. Nos comenzamos a organizar en agrupaciones y continuamos la lucha por nuestros propios derechos, por la memoria de nuestros Caídos en tierra, aire y mar, y por nuestros Derechos Soberanos bajo un lema unificador: “en Malvinas firmamos un cese del fuego, pero no entregamos la Soberanía”.
No es mi intención con este libro pregonar la acción bélica, pero sí es el objetivo inculcarle al ocasional lector que volvamos a recuperar el orgullo de ser argentino. Tampoco pretendo contagiar mi espíritu de lucha patriótica, pero sí lograr que siempre tengamos presente que vivimos en el mejor País del mundo, al cual sólo tenemos que amarlo y, seguramente, superaremos todas las adversidades que se nos presenten y lograremos que nuestra celeste y blanca vuelva a flamear en las islas.
Al leer este libro comprenderás por qué los Veteranos de Malvinas hablamos de Honor y Orgullo a pesar de la derrota bélica.
¡No renunciemos a nuestros Derechos Soberanos! ¡Las Malvinas fueron, son y serán argentinas!