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A comienzos del siglo XXI América Latina experimenta nuevos patrones de inestabilidad política que –en ocasiones– desembocan en un quiebre de los mandatos presidenciales sin que, por ello, se comprometa la continuidad de los regímenes democráticos. En un contexto regional posneoliberal que se inicia con la presidencia de Hugo Chávez en Venezuela (1999) se produce la presencia simultánea de proyectos políticos –en ejercicio del poder– que plantean alternativas democráticas reformistas de las estructuras políticas y económicas existentes. Como contracara las élites tradicionales de estos países ensayan –con mayor o menor suerte– novedosas estrategias que intentan poner fin a algunos de estos proyectos sin la participación directa de las Fuerzas Armadas como en décadas anteriores.

En esta obra se analiza desde una perspectiva comparada, de qué manera se combinan la polarización ideológica del sistema de partidos, la reconfiguración de las coaliciones sociales y la relación entre el Poder Ejecutivo y el Parlamento para dar como resultado un quiebre del mandato presidencial. La interrupción de los mandatos de Manuel Zelaya en Honduras (2009) y de Fernando Lugo en Paraguay (2011) son contrapuestos –en esta investigación– con los umbrales de inestabilidad política que registraron las presidencias de Evo Morales en Bolivia en ocasión de la llamada “Masacre de Pando” (2008) y de Rafael Correa en Ecuador durante la “Crisis de seguridad” (2010), en donde el quiebre de mandato logró, sin embargo, ser evitado.

Este libro nos invita a pensar, a partir de las características propias de cada país, sus diseños institucionales, su estructura económica y social, pero también, desde sus tradiciones políticas, cuáles fueron las problemáticas que enfrentaron los proyectos políticos del denominado Giro a la izquierda latinoamericano a la hora de intentar llevar adelante sus programas de gobierno.