Libros

Sincrónicamente con la finalización de este proyecto, tuve un sueño. Durante la pasada noche, uno de mis gatos se acurrucó muy cerca de mi pecho, su cuerpo pegado al mío. Me dormí inmediatamente, creo, y sentí que él y yo éramos uno. Fundidos de alguna manera, podía ver su cuerpo por dentro, sus entrañas, sentía su latido. Mi gato había entrado en mi sueño y estaba poniendo todo su ser a mi servicio. Y yo también le ofrecía mi energía. Era una colaboración mutua en la que él asumió la función de guardián. Todo era integración, ayuda, respeto y servicio mutuo, algo posible, algo necesario. Estamos, como humanidad, próximos a un gran salto evolutivo y los animales nos acompañan en este proceso. Amar y respetar toda manifestación de vida es la ley de los tiempos que ya están empezando a latir. Cuando nos volvamos receptivos e integremos esta ley del amor como el nuevo orden, todos los seres de la superficie de la Tierra cambiaremos las normas de convivencia hacia la paz y la armonía.