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Federico Mediante fue una persona adelantada a su época, un vanguardista. Con apenas catorce años asombra a sus padres emprendiendo un viaje a América, desde su Asturias natal, en 1902; solo por curiosidad y no empujado por su situación económica.

No contento con esta primera aventura, regresa para participar de la guerra que España libraba en África. Terminada la campaña y luego de un pequeño período en su pueblo, vuelve a Argentina y se interna en su geografía trabajando como actor de circo. Incursiona en la escritura de obras de teatro, funda periódicos y revistas en Corrientes, Santa Fe y Mercedes (provincia de Buenos Aires), y es tentado por el gran Alberto Vaccarezza para participar en una película, con quien comparte la ideología, la lucha sindical y la necesidad de organizarse como trabajadores del arte reclamando por sus derechos.

Posee una numerosa producción. De hecho, en el catálogo de la Biblioteca Nacional de España constan 272 obras de F.M. Escribió novelas cortas de aventuras y policiales, ganando el apodo de “Salgari español”. Incursionó y totalizó una colección de cuentos infantiles y tradujo un tratado de psicología llamado Optimismo.

A poco de cumplirse el centenario de la primera publicación, dar a conocer y difundir su vida y obra se transforma, en este momento, en un acto de “justicia histórica”, ya que Federico es hoy prácticamente desconocido por la mayoría de las personas.