Libros

No es tarea fácil abordar la contratapa de un libro como este. La  cuestión es más sencilla si se trata de una novela, porque la visión de quien se encuentre a cargo de esa tarea, enfoca su lectura y su análisis en un solo tema y en una única estructura. Cuando se trata de cuentos, la atención salta de un tema a otro, de una forma de relato a otra, casi siempre expresado en un lenguaje distinto.

Sin embargo, cuando quien escribe sabe lo que hace, al fin aquel que debe opinar sobre ellos, encuentra un lugar común. Al menos, es lo que me ha sucedido con El Otro. Los nueve cuentos que lo componen, diferentes en su temática, en su estructura y en su lenguaje tienen algo que los identifica: la solvencia con que el autor ha transitado cada uno de ellos. Aldo Defelipe, que alumbra su primer libro, lo transcurre y así se lo hace recorrer al lector, con el pensamiento claro y la mano firme de quien tiene la certeza de hacia dónde va. Con la diferencia que hace al valor de los textos. Él SABE de entrada lo que el lector IGNORA y que irá descubriendo a lo largo de cada párrafo, para encontrarse de pronto, como debe ser, con un final que lo sorprenda, a veces hasta el punto de verse obligado a volver al principio, incluyendo el título, para llegar al fondo de lo que acaba de leer.

Un atractivo más de este libro es la diversidad de temas, abiertos en distintas situaciones, como un abanico, en cada uno de los cuentos. Es un debut auspicioso el de Aldo Defelipe en esta, su “ópera prima”. Demuestra imaginación al elegir los temas, solidez al expresarlos y habilidad en la manera de poner el lenguaje al servicio de sus ideas. Mantiene además, un tono sostenido, tanto en escenas cotidianas como en ámbitos misteriosos, casi fantásticos a veces. En todos ellos siempre parece sobrevolar algo enigmático, que atrapa el interés del lector y no lo suelta hasta el desenlace del cuento. Todo esto hace que El Otro sea un libro de esos que uno cierra con una sonrisa y esa nostalgia que se siente al alejarse de algo que nos llegó al alma.

Mabel Pagano

Junio de 2019