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En una convulsionada argentina de los años 70, tres hombres escriben su propia historia, siendo los protagonistas de algunos sucesos que reflejan el impiadoso juego que les propone el destino.

Roberto Freire, argentino, jefe de familia, padre de mellizas, operario en una fábrica de una afamada marca de galletitas, descubre las opciones de una realidad casi surrealista inserta en una sociedad en la cual convive y se ve en la obligación de elegir dónde ubicarse ante los hechos pensando en el futuro del país y de sus hijas.

Jorge Ponce, conscripto clase 58, se encuentra envuelto en un torbellino de situaciones traumáticas llorando frente a un espejo del baño de un oscuro cuartel.

Norberto Freire es un periodista y escritor que se posiciona junto al pueblo y desde donde narra los acontecimientos y denuncia las injusticias, enfrentando a los poderosos en su lucha por un mundo más justo, con el talento de la palabra y la inteligencia de un hábil ajedrecista.

El autor de la novela muestra los sabores de los distintos productos que la fábrica Bagley comercializa en distintas épocas y así narra los hechos hasta el punto más cruel porque afirma enfáticamente que: “a la ficción hay que hincarle los dientes hasta hacerle sangrar la realidad”.

“En 1964 decidí que de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía. Pero no veo en eso una determinación mística. En realidad, he sido traído y llevado por los tiempos, podría haber sido cualquier cosa, aun ahora hay momentos en que me siento disponible para cualquier aventura, para empezar de nuevo, como tantas veces”.

                           Rodolfo Walsh