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Este Poemario ofrece una cosmovisión del mundo, un estado, un destino de poeta. En él aparece el germen creador, la búsqueda de un territorio para dialogar, el poder sumergirse en un andamiaje de palabras. Es decir, en el interior del poema, en las vísceras de sus bordes, pero también de su centro, que es donde adquiere su propia historia. Desde su simbolismo: entraña, útero (vientre maternal), corazón, instinto.

Cincuenta poemas como loa, cincuenta poemas y más, para seguir descubriendo sensaciones que experimentamos y transcienden. Al contener existencia y vuelo, es una invitación a entrar en perplejidad, en el asombro de lo cotidiano: en los recuerdos de infancia, anhelos, desencanto, éxtasis, duelo. Asimismo, en los instantes de celebración y homenaje que son, sin duda alguna, una nueva oportunidad para decir, vibrar, resonar y sentir el milagro de la vida. Además de agradecer los caminos transitados, el acto poético.

L.M