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Este libro está dirigido al público en general, que comúnmente confunde la actividad de Aduana con los Puertos o precisamente la AGPSE. Son Entes con funciones totalmente distintas si bien ambos pertenecen a la órbita del Estado Nacional.

En particular apunta a estudiantes de Comercio Exterior, de Economía Marítima, Profesionales del Curso de postgrado en la carrera de Ingeniería Portuaria, Despachantes de Aduana, Exportadores e Importadores, Depósitos Fiscales y Organizaciones Sindicales.

Existe una exigua bibliografía en temas portuarios, casi siempre escritos del otro lado del mostrador, sin embargo desde aquí se lo hace conociendo casi todos los vericuetos del Estado, explorando en sus defectos y virtudes.

En la actualidad, definiría al puerto Buenos Aires en forma muy pragmática, para que se entienda totalmente, diría en forma de domática arquitectura, se asemeja a un edificio inteligente de 40 pisos, con una entrada/salida de dos metros de altura por dos metros de ancho, sería una locura imposible de materializar, hoy la ciudad avanzó sobre el Puerto asfixiándolo y para colmo de males se construyó otra ciudad dentro de lo que pertenecía a la zona portuaria, seccionándolo en dos partes bien determinadas, Puerto Nuevo y Dársena Norte por un lado y Puerto Sur por el otro.

En el contenido desarrollo las distintas características operativas y el tratamiento de las cargas que transitan por los patios de los muelles.

Es hora de que el Estado reflote el antiguo y vapuleado proyecto del Puerto de Aguas Profundas, comprometiendo la activa participación de la ciudadanía, que coadyuvara al correcto desarrollo del Comercio Exterior.

Tanto el Covid 19, como el caso Vicentin, abrieron una ventana desde la cual podemos desterrar, con compromiso político, nuestras peores prácticas de la actividad operativa en la zona Rosafe, que se desarrolla en las Barrancas del Río Paraná y exigir a las Aduanas un control concomitante coincidente con las operaciones de carga.