Estamos a mediados de la década del 80, la vuelta de la democracia trae, como consecuencia del pasado reciente, mucho dolor y muchas heridas difíciles de cicatrizar. El juicio a las Juntas da un veredicto contundente sobre el mal llamado “Proceso de Reorganización Nacional”, y muchos hechos que ocurrieron durante la última dictadura comienzan a saberse. Sin embargo, todavía hay demasiado rencor respirando por las calles. En este contexto, un crimen sacude parte de una sociedad que se disponía justamente a lo contrario: a la vida y a la paz. La protagonista vuelve de un largo exilio y busca sin tregua ni respiro a los criminales que se esconden detrás del silencio, la mentira y el poder.
Desde el comienzo, la intriga y el desconcierto te van a atrapar y te van a llevar sin respiro y sin descanso por un camino de incertidumbres. Una novela sin precedentes que te va a sorprender por su originalidad y su desenlace inesperado.
Vidas marcadas te cuestiona, te indaga y te lleva, sin proponértelo, a un lugar de reflexión y toma de conciencia. Es, sin dudas, una historia que está marcada por el dolor, pero también le hace un guiño a la esperanza y al amor.