Elvira nació y creció en Misiones, donde el sol nace detrás del monte y se esconde de la luna en el horizonte, donde el río murmulla poemas y la selva muestra sus misteriosas leyendas. Los lugares donde vivió eran sacados de un cuento lleno de magia y, si observaba, podía escuchar los sonidos del silencio. Los animales, entre ellos, danzaban músicas del viento y planeaban aventuras. En uno de esos lugares conoció también a un ser maravilloso. Tanto era lo que escuchaba, que decidió escribirlo, para que a ustedes, los lectores, les llegaran estos eventos.