Si terminó de escribir un libro o piensa hacerlo le pido 3 minutos para leer este texto que considero le va a resultar de gran utilidad. 

La historia habitual

En primer lugar, quiero decirle que sé lo que siente en este momento. Durante meses o años trabajó de forma muy dura escribiendo su obra. Dedicó mañanas, tardes y noches; revisó textos, tachó y volvió a escribir la misma página una innumerable cantidad de veces. Pensó finales alternativos, personajes diferentes o extrajo conclusiones diversas.

Una vez terminada su obra seguramente va a vivir o ya vivió un sentimiento extraño.

Por un lado, una gran felicidad por alcanzar el objetivo propuesto y sentir que ese trabajo está terminado. ¡Por fin tiene su libro listo para mostrar!

Por otra parte, lo alcanza un vacío y cierto temor. Tiene un escrito pero aún no sabe qué hacer con él, cómo darlo a conocer. ¿Será buena mi obra? ¿tendrá buena recepción? ¿debo mostrarla o seguir corrigiendo, reescribiendo?

Como primer paso seguramente da a leer su texto a parientes, amigos y gente de su círculo de confianza. Las críticas que recibe son favorables, les gusta, lo felicitan y le desean la mejor de las suertes. Teniendo ese respaldo decide finalmente publicarla.

Pasados los primeros meses, el entusiasmo sigue vigente y comienza a enviar su manuscrito a diferentes editoriales. Les cuenta de qué trata la obra, las críticas que recibió y lo motivado que está por poder llegar a pertenecer a su sello. Las respuestas tardan, en muchos casos no llegan y algunos pocos le escriben que leyeron su obra pero que no pueden publicarla por ……. (coloque aquí el motivo que quiera; la inmensa mayoría es una una respuesta diplomática para decir que ni siquiera la pudieron leer ni les interesó hacerlo). Tenga en cuenta que una  editorial (chica o grande) recibe miles de manuscritos al año y que no tienen posibilidad de leerlos (ni personal a cargo que se ocupe de esa tarea). En general, las editoriales seleccionan los autores por recomendación de otros escritores o alguna referencia de otro tipo pero no por envío de manuscritos de alguien desconocido.

Pasada esta etapa decide probar suerte presentándose e a concursos literarios. Nuevamente encuentra que es muy difícil lograr ganar alguno y que en la gran mayoría compite con escritores de reconocida trayectoria, fama o calidad.

Llegado este momento comienza a perder el entusiasmo, a dudar del valor de su obra y lo que creía un camino feliz se ve oscurecido.

La historia habitual es un camino que recorrieron y recorren miles de escritores, su historia no es diferente a la de ellos. No se preocupe.

Ahora bien, deme dos minutos más para contarle la parte interesante.

 

 

¿Qué hacer frente a este panorama?

Las dos verdades mejor guardadas sobre las ediciones de autor

Verdad nro.1

Juguemos un poco.

Le voy a dar una lista de escritores de distintas épocas, países y géneros y le propongo adivinar qué tuvieron en común. La extensión de la lista podría ser muchísimo más larga pero no quiero aburrirlo. Veamos:

  • Jorge Luis Borges
  • Stephen King
  • Julio Cortazar
  • Edgar Allan Poe
  • Nietzsche
  • Alejandro Dumas
  • Ernest Hemingway
  • Mark Twain
  • Dostoievski
  • Federico García Lorca
  • E.L. James (autora de «50 sombras de Grey»)

¿Adivinó?

Seguramente su primera respuesta (con la que todos estaríamos de acuerdo) es que todos son o fueron grandes escritores, de los más reconocidos a nivel mundial y en sus propios países. Sin duda, cada uno marcó una época.

Ahora bien, otro punto en común (y no menos importante) es que todos fueron rechazados por editoriales y decidieron autopublicarse. Sí, leyó bien, grandes escritores, de los mejores de la historia, decidieron pagar para publicar su obra porque nadie apostó por ellos; las editoriales no supieron o quisieron reconocer ese talento nuevo que aparecía. En muchos casos, pidieron incluso plata prestada a parientes o amigos para alcanzar su meta.

¿Por qué lo hicieron? Fueron rechazados innumerables veces, es cierto, pero confiaron en su obra y apostaron por ello. Tenían algo que contar, algo que decir.

Todos supieron que un escritor se hace escribiendo y publicando, dando a conocer sus escritos. Personas que escriban hay millones, escritores pocos.

¿Sin libro publicado cómo sabe si su obra es interesante, divertida, emocionante?

Verdad nro.2

Ya hablamos sobre las dificultades para publicar una obra en las editoriales tradicionales. Ahora hablemos un poco de la parte económica.

Si un autor es publicado por una editorial tradicional como Planetx o Sudamericanx recibe habitualmente (en el mejor de los casos) el 10% del precio de venta al público de su libro, es decir, que si el libro le cuesta al lector $150, al autor le corresponde $15 por cada libro vendido.

En las ediciones de libros de escritores argentinos publicadas por editoriales tradicionales se considera un éxito cuando vende 1.000 o 2.000 ejemplares pero esto es poco habitual. En general, venden 750 ejemplares (o bastante menos).

Hagamos cuentas: si tomamos el precio de venta al público de $150 por libro y lo multiplicamos por 750 ejemplares vendidos da un total de $112.500 recaudados por la venta de ejemplares. Como dijimos anteriormente, al autor le corresponde el 10% de ese monto, por lo tanto, recibirá $11.250 por haber publicado su obra. Leyó bien, $11.250 y tenga en cuenta que la editorial retiene los derechos comerciales sobre el libro y es la que decide muchas de las condiciones sobre cómo se va a publicar.

Ahora bien, hagamos la cuenta si un autor se autopublica (realiza una edición de autor) financiando su propia obra. No solo va a retener los derechos sobre la misma pudiéndola luego venderla en el momento que considere oportuno sino que va a poder decidir cómo se edita y en qué condiciones. Pero vayamos nuevamente a los números:

Una edición de 200 ejemplares de 200 páginas cuesta aproximadamente $11.900, es decir, que el costo por libro es de $59,5 para el autor. Si el precio de venta al público es de $150 vemos que necesita vender solo ¡80 ejemplares! para recuperar la inversión realizada ($150 por 80 ejemplares= $12.000).

Tenga en cuenta que en una presentación de libros es habitual vender entre 30 y 100 ejemplares con lo cual en ese mismo día ya puede llegar a recuperar entre un 40% o 100% de la inversión. Sume a eso las ventas a familiares, amigos, compañeros de trabajo, de universidad, de taller y verá que ese número de 80 ejemplares no es difícil de alcanzar.

En el caso de que venda los 200 ejemplares a $150 en total recaudó $30.000 y si descontamos la inversión que hizo en la edición ($11.900) ganó $18.100, es decir, mucho más que vendiendo 750 ejemplares en una editorial tradicional. Tenga en cuenta que aún usted retiene los derechos sobre su obra, la edita o reedita cómo, cuándo y en las condiciones que quiere. Incluso no tomamos en cuenta la venta de ebooks donde sugerimos colocar un precio de venta bajo para llegar a nuevos lectores.

Finalmente, en el peor de los casos, supongamos que no llega a vender esa cantidad mínima de 80 ejemplares.

Piense, ¿cuanto gasta en unas vacaciones? Un libro es algo que queda en el tiempo, una satisfacción personal difícil de igualar, un sueño cumplido y algo que podrá mostrarle a sus nietos. Una experiencia única.

¿Qué es lo que tiene para contar?

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