Ain es un concepto. Significa «amar» (en una lengua que ya no recuerdo), pero para mí significa muchas otras cosas más.

Ain es un juego. Uno divertido y también doloroso, que busca grandeza en aquellas historias que nos suceden a todos, todos los días. Un conjunto de treinta y tres relatos pensados para gente que no lee mucho, pero que vive mucho.

Ain es una verdad. O por lo menos la necesidad de encontrar una.
Esa que nos cuesta admitir. O aquella que nos cuesta ver. Una verdad que por momentos no se entiende, pero se siente.

Ain es un gato. Uno de nueve kilos que me enseñó que el amor necesariamente tiene como condición la incomodidad.

Ain es un regalo. El de tu tiempo por leerlo. El mío por escribirlo. Y el nuestro por compartirnos.